Daniel fue un profeta, que se destacó por su fidelidad a Dios, y su sabiduría. A pesar de las dificultades, y los desafíos que enfrentó, Daniel siempre mantuvo una actitud de agradecimiento hacia Dios.
Veamos algunos ejemplos, de cómo Daniel expresó su gratitud a Dios, en diferentes momentos de su vida.
- Por revelarle el sueño, y su interpretación del rey Nabucodonosor, (Daniel 2:19-23). Daniel le dio gracias a Dios, por haberle mostrado el misterio del sueño del rey, que nadie más podía descifrar. Reconoció que Dios, es el que da la sabiduría y el poder, y que él cambia
los tiempos, y las edades. - Por protegerlo en el foso de los leones (Daniel 6:10, 22-23). Daniel no dejó de orar y alabar a Dios, incluso cuando el rey Darío, firmó un decreto que prohibía adorar a cualquier otro dios, que no fuera él. Por eso, fue acusado y arrojado, al foso de los leones. Pero Dios envió a su ángel, y cerró la boca de los leones, y Daniel salió ileso. Daniel le dio gracias a Dios, por haberlo librado, y por demostrar su inocencia.
- Por responder a su oración de confesión, y súplica (Daniel 9:4-19, 20-23). Daniel se humilló delante de Dios, y confesó los pecados de su pueblo, y los suyos propios. También le pidió a Dios, que tuviera misericordia, y que restaurara a Jerusalén, y al templo. Mientras oraba, el ángel Gabriel vino a él, y le dijo que Dios había escuchado su oración, y que le iba a revelar el futuro de su pueblo.
Daniel le dio gracias a Dios, por su gran amor, y por su pronta respuesta. - Por fortalecerlo y consolarlo, cuando tuvo visiones angustiosas (Daniel 10:2-3, 18-19). Daniel ayunó y oró durante tres semanas, porque había tenido una visión, que lo llenó de temor y de tristeza. Entonces, un hombre con aspecto celestial, se le apareció y le tocó, y le dijo que era muy amado por Dios. También le dio ánimo, y le dijo que no tuviera miedo, sino que fuera fuerte y valiente.
Daniel le dio gracias a Dios, por su bondad y por su consuelo. - Por mostrarle el plan de Dios, para el fin de los tiempos (Daniel 12:4, 8-9). Daniel recibió muchas revelaciones, sobre lo que iba a suceder en el futuro, tanto para su pueblo, como para las naciones. Aunque no entendió todo lo que vio, guardó las palabras de Dios, y las selló hasta el tiempo señalado. Daniel le dio gracias a Dios, por su soberanía y por su fidelidad.
- Por preservar su vida, y su integridad (Daniel 1:8-16, 17-21). Daniel y sus amigos, Ananías, Misael y Azarías, fueron llevados cautivos a Babilonia, donde recibieron una educación, y una alimentación paganas. Sin embargo, ellos se propusieron no contaminarse, con las cosas del mundo, y pidieron al jefe de los eunucos, que les permitiera comer solo verduras y agua. Dios hizo que el jefe de los
eunucos, les tuviera compasión, y que ellos fueran más sanos y más sabios, que los demás jóvenes. Daniel le dio gracias a Dios por su cuidado, y por su provisión. - Por darle favor ante los reyes, y los gobernantes (Daniel 2:46-49, 6:1-3, 28). Daniel se ganó el respeto, y la confianza de los reyes, y los gobernantes de Babilonia y de Persia, por su capacidad y su integridad. Fue ascendido a altos cargos, y tuvo mucha influencia en los asuntos del reino. Daniel le dio gracias a Dios por su gracia, y por su oportunidad de servirle.
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